La ciudad de Río Hondo, cuyo nombre original era Miraflores, es un centro de turismo cuya importancia radica en el balneario termal junto al río Dulce. Sobre este mismo río se halla el Dique Frontal, el cual embalsa un lago artificial apto para la náutica y la pesca deportiva.
El dique fue inaugurado en 1967 con el fin de atenuar las crecidas, mejorar el riego y generar energía.
Las aguas del río Dulce eran ya conocidas desde la época precolombina con el nombre de Aguas del Sol. El prestigio de la ciudad existe desde hace siglos; los príncipes del Alto Perú - los incas- llegaban a las "aguas milagrosas" para disfrutar de un microclima único y darle energía termomineral a sus vidas.
Antes de la llegada de los españoles habitaban la zona aborígenes sedentarios, los tonocotes. Estos se ubicaron a orillas del Sonocho, río de aguas mansas, que en quechua se llamó Misky Mayu y los españoles tradujeron como Río Dulce.
Fueron los príncipes incas quienes organizaron caravanas desde el Cuzco, cruzando el altiplano hasta las orillas del Misky Mayu, para aprovechar las virtudes de las yacu rupáj (aguas calientes) consideradas por ellos de origen divino.
Los incas decían que sus manantiales traían el fuego de la tierra y daban milagrosamente la salud al sufriente o al enfermo. Su fama se extendió con los relatos hasta el imperio del Hijo del Sol, en las alturas del Tahuantinsuyo.
Las postas de Vinará y Miraflores le acercaron viajeros ilustres en la época de la Conquista: San Francisco Solano, los congresales de Tucumán, el Ejército del Norte, Facundo Quiroga y los Taboada.
A comienzo del siglo XX, Termas era un villorrio de 300 habitantes y comenzaban a surgir los primeros hoteles para el turismo que encontró algunos precursores a fines del XIX, ya que el primer alojamiento se construyó en 1884.
Fue reubicada a 21 kilómetros de su sitio primitivo en el año 1966, para construir el Dique Frontal.
Su emplazamiento original se encuentra cubierto por las aguas del lago.
Fue declarada ciudad el 6 de septiembre de 1954, pero el Municipio obtuvo su autonomía recién en 1958 y se eligió como primer intendente municipal al Sr. Luis Jorge Manzur.
Hoy, es el mayor centro turístico de la provincia y uno de los más importantes de la región.
Se cuenta que san Francisco Solano pasó por la antigua villa rumbo al Tucumán, para proveerse de madera de nogal y construir el templo que hoy se levanta en la ciudad capital de Santiago del Estero. Al regresar, se encontró en las cercanías de Villa Río Hondo con el gran río crecido (río Dulce). Era humanamente imposible vadearlo, pero el santo, se cuenta, desató su cordón, lo arrojó al río y dijo: "Río Hondo, no impedirás nuestro paso". Entonces las aguas se abrieron. Fue el primero en tocar la otra orilla y dejó sus huellas y la de su mula en una piedra que aún se conserva y venera en la nueva Capilla Villa Río Hondo.
A partir de este hecho milagroso, el Santo de la Cruz y el Violín es venerado en la región y el nombre original de Miraflores se transformó a Río Hondo.
El dique fue inaugurado en 1967 con el fin de atenuar las crecidas, mejorar el riego y generar energía.
Las aguas del río Dulce eran ya conocidas desde la época precolombina con el nombre de Aguas del Sol. El prestigio de la ciudad existe desde hace siglos; los príncipes del Alto Perú - los incas- llegaban a las "aguas milagrosas" para disfrutar de un microclima único y darle energía termomineral a sus vidas.
Antes de la llegada de los españoles habitaban la zona aborígenes sedentarios, los tonocotes. Estos se ubicaron a orillas del Sonocho, río de aguas mansas, que en quechua se llamó Misky Mayu y los españoles tradujeron como Río Dulce.
Fueron los príncipes incas quienes organizaron caravanas desde el Cuzco, cruzando el altiplano hasta las orillas del Misky Mayu, para aprovechar las virtudes de las yacu rupáj (aguas calientes) consideradas por ellos de origen divino.
Los incas decían que sus manantiales traían el fuego de la tierra y daban milagrosamente la salud al sufriente o al enfermo. Su fama se extendió con los relatos hasta el imperio del Hijo del Sol, en las alturas del Tahuantinsuyo.
Las postas de Vinará y Miraflores le acercaron viajeros ilustres en la época de la Conquista: San Francisco Solano, los congresales de Tucumán, el Ejército del Norte, Facundo Quiroga y los Taboada.
A comienzo del siglo XX, Termas era un villorrio de 300 habitantes y comenzaban a surgir los primeros hoteles para el turismo que encontró algunos precursores a fines del XIX, ya que el primer alojamiento se construyó en 1884.
Fue reubicada a 21 kilómetros de su sitio primitivo en el año 1966, para construir el Dique Frontal.
Su emplazamiento original se encuentra cubierto por las aguas del lago.
Fue declarada ciudad el 6 de septiembre de 1954, pero el Municipio obtuvo su autonomía recién en 1958 y se eligió como primer intendente municipal al Sr. Luis Jorge Manzur.
Hoy, es el mayor centro turístico de la provincia y uno de los más importantes de la región.
Se cuenta que san Francisco Solano pasó por la antigua villa rumbo al Tucumán, para proveerse de madera de nogal y construir el templo que hoy se levanta en la ciudad capital de Santiago del Estero. Al regresar, se encontró en las cercanías de Villa Río Hondo con el gran río crecido (río Dulce). Era humanamente imposible vadearlo, pero el santo, se cuenta, desató su cordón, lo arrojó al río y dijo: "Río Hondo, no impedirás nuestro paso". Entonces las aguas se abrieron. Fue el primero en tocar la otra orilla y dejó sus huellas y la de su mula en una piedra que aún se conserva y venera en la nueva Capilla Villa Río Hondo.
A partir de este hecho milagroso, el Santo de la Cruz y el Violín es venerado en la región y el nombre original de Miraflores se transformó a Río Hondo.
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