Ubicado en Avenida Roca y Avellaneda. La Orden Franciscana está en Santiago del Estero desde el año 1566. El primer edificio del templo estaba ubicado en el primitivo emplazamiento de la ciudad.
El segundo templo fue levantado más al oeste, acompañando el corrimiento de Santiago producto de las inundaciones. El tiempo y las sucesivas inundaciones del río Dulce lo deterioraron y tuvo que reconstruirse, pero en 1845 el edificio fue demolido debido al peligro que representaban sus instalaciones en mal estado.
La feligresía santiagueña y el Gobernador Juan Felipe Ibarra, a instancias de Fray Miguel de Jesús López, contribuyeron con donaciones para levantar el nuevo templo, finalizado en 1853. Tres décadas después, debido a las lluvias y al salitre del terreno, se deterioró. Una vez más tuvo que se reconstruido y la inauguración del edificio que perdura hasta la actualidad se produjo el 20 de junio de 1895. Las restauraciones y el mantenimiento son constantes hasta nuestros días, de manera de preservar este patrimonio.
El templo y el convento fueron declarados Monumento Histórico Nacional por Decreto Nº 123.529 de fecha 6 de febrero de 1948.
El estilo arquitectónico del edificio es neogótico, con arcos ojivales, capiteles y agujas.
Otros opinan que el estilo es ecléctico porque están presentes ornatos góticos y corintios y elementos del neoclasicismo y del romanticismo. Participaron en la construcción de su última fachada el constructor José Díaz y el escultor Rafael Delgado Castro.
Tiene grandes dimensiones y planta en cruz latina. Cuenta con tres naves, coro, sacristía, ante-sacristía y dos torres campanario. La cúpula, de ocho gajos, está revestida en azulejos Pas de Calais.
Se accede al mismo por escalinatas que llevan a un atrio techado, en cuyas paredes se observan varias placas con inscripciones que recuerdan a Sacerdotes de la Orden o conmemoran hechos históricos.
La puerta cancel de madera, con vitrales que muestran imágenes de la vida de San Francisco de Asís conducen al interior, donde también hay magníficos vitraux que adornan y dan luz al templo.
En las naves laterales hay altares dedicados a San Lorenzo, San Benito de Palermo, Santa Lucía, San Luis Gonzaga, San Francisco Solano, Santa Rosa de Viterbo, San Judas Tadeo, San Cayetano, Santa Clara de Asís, Jesús de la Divina Misericordia, Sagrado Corazón de Jesús, Santa Ana, San Joaquín, San Antonio De Padua, San Roque, Santa Rita, la Virgen del Valle, etc. La mayoría de las imágenes es de antiquísima factura.
En el piso se encuentran lozas sepulcrales que indican el lugar donde descansan los restos de Sacerdotes de la Orden.
El altar mayor, de madera de pino laminada en oro es de gran tamaño y belleza.
A la derecha del templo, galerías coloniales conducen a la Celda Capilla, reconstrucción del siglo XVIII de la celda, en el mismo lugar donde San Francisco construyó con sus manos la morada en la que vivió durante su estadía en Santiago del Estero, tiempo durante el cual evangelizó a españoles, criollos e indígenas, usando como armas la Biblia, la cruz y el violín.
Es una sencilla habitación con muros de adobe y techos de paja y en la cual se colocaron algunos elementos originales de carpintería.
En ella se guardan la casulla, el cordón y la estola del Santo que murió en Lima, Perú en 1610.
El segundo templo fue levantado más al oeste, acompañando el corrimiento de Santiago producto de las inundaciones. El tiempo y las sucesivas inundaciones del río Dulce lo deterioraron y tuvo que reconstruirse, pero en 1845 el edificio fue demolido debido al peligro que representaban sus instalaciones en mal estado.
La feligresía santiagueña y el Gobernador Juan Felipe Ibarra, a instancias de Fray Miguel de Jesús López, contribuyeron con donaciones para levantar el nuevo templo, finalizado en 1853. Tres décadas después, debido a las lluvias y al salitre del terreno, se deterioró. Una vez más tuvo que se reconstruido y la inauguración del edificio que perdura hasta la actualidad se produjo el 20 de junio de 1895. Las restauraciones y el mantenimiento son constantes hasta nuestros días, de manera de preservar este patrimonio.
El templo y el convento fueron declarados Monumento Histórico Nacional por Decreto Nº 123.529 de fecha 6 de febrero de 1948.
El estilo arquitectónico del edificio es neogótico, con arcos ojivales, capiteles y agujas.
Otros opinan que el estilo es ecléctico porque están presentes ornatos góticos y corintios y elementos del neoclasicismo y del romanticismo. Participaron en la construcción de su última fachada el constructor José Díaz y el escultor Rafael Delgado Castro.
Tiene grandes dimensiones y planta en cruz latina. Cuenta con tres naves, coro, sacristía, ante-sacristía y dos torres campanario. La cúpula, de ocho gajos, está revestida en azulejos Pas de Calais.
Se accede al mismo por escalinatas que llevan a un atrio techado, en cuyas paredes se observan varias placas con inscripciones que recuerdan a Sacerdotes de la Orden o conmemoran hechos históricos.
La puerta cancel de madera, con vitrales que muestran imágenes de la vida de San Francisco de Asís conducen al interior, donde también hay magníficos vitraux que adornan y dan luz al templo.
En las naves laterales hay altares dedicados a San Lorenzo, San Benito de Palermo, Santa Lucía, San Luis Gonzaga, San Francisco Solano, Santa Rosa de Viterbo, San Judas Tadeo, San Cayetano, Santa Clara de Asís, Jesús de la Divina Misericordia, Sagrado Corazón de Jesús, Santa Ana, San Joaquín, San Antonio De Padua, San Roque, Santa Rita, la Virgen del Valle, etc. La mayoría de las imágenes es de antiquísima factura.
En el piso se encuentran lozas sepulcrales que indican el lugar donde descansan los restos de Sacerdotes de la Orden.
El altar mayor, de madera de pino laminada en oro es de gran tamaño y belleza.
A la derecha del templo, galerías coloniales conducen a la Celda Capilla, reconstrucción del siglo XVIII de la celda, en el mismo lugar donde San Francisco construyó con sus manos la morada en la que vivió durante su estadía en Santiago del Estero, tiempo durante el cual evangelizó a españoles, criollos e indígenas, usando como armas la Biblia, la cruz y el violín.
Es una sencilla habitación con muros de adobe y techos de paja y en la cual se colocaron algunos elementos originales de carpintería.
En ella se guardan la casulla, el cordón y la estola del Santo que murió en Lima, Perú en 1610.
Plazoleta y Estatua de San Francisco Solano
En el año 1910 en ocasión de cumplirse el Tercer Centenario de la muerte del Santo en Lima, se le rindió en Santiago del Estero el Homenaje de una grandiosa apoteosis. Homenaje que culminó con la inauguración de la artística estatua en mármol Carrara, obra del famoso escultor español Miguel Blay. Esta, se encuentra ubicada a pocos metros de la Celda, en una espléndida plazoleta, y vista sobre el Parque Aguirre.
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